Corredentores con Cristo. Almas Víctimas

5.- Asociarnos al Sacrificio de Cristo y corredimir con Él.

Cristo es el único y verdadero Redentor, pero en su infinita Misericordia ha querido asociarnos con Él a su Sacrificio en la Cruz.

¿Significa esto que la Pasión de Jesús es incompleta? Absolutamente no. La Pasión de Cristo es completa y superabundante. Jesús, como verdadero Dios, realizó una reparación de valor infinito sobre todo el pecado del mundo, pasado, presente y futuro. Pero Dios, libremente y por amor, ha querido necesitarnos para colaborar con Él en la salvación de la humanidad. Es lo que nos decía San Pablo en su Epístola a los Colosenses:

“Ahora me alegro de los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi cuerpo lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la Iglesia.” [1]

Jesús lo explica:

“No es un Sacrificio inválido ni que le falte algo.

El Sacrificio de Cristo es un Sacrificio Total.

Pero es un Sacrificio que Místicamente está teniendo lugar aún.

No se ha completado en su Cuerpo Místico, porque su Cuerpo Místico revive su Pasión. “Completo en mi Cuerpo lo que le falta a la Pasión de Cristo.”

Sois llamados a formar parte de ese Sacrificio (eucarístico).” [2]

El primer ser humano al que Dios quiso hacer partícipe de esta gracia de la corredención fue la Virgen María.

En la Anunciación, el Fiat de María se unió al Fiat de Jesús.

Redentor y Corredentora dieron su “Sí” al Padre y nació el proyecto de Redención del mundo para liberarlo del pecado original.

La Encarnación, la Muerte y Resurrección de Jesús son las distintas fases por la que pasó este proyecto, aunque todavía continúa en su Cuerpo Místico.

Jesús explica este concepto de la corredención:

“La Obra que ha venido a traer Cristo sobre la tierra es la Obra de Redención.

El Camino que adquirís al uniros a Él es el Camino de la Redención de los hombres.

Colaboráis con Cristo en la Redención del mundo.

Os hacéis corredentores con María Corredentora.”[3]

El papel de María en esta tarea de corredimir con Cristo es fundamental, pues Ella es la que nos presenta como perfectos corderos purificados para el Sacrificio.

Jesús dice:

Consagraos a María, para que Ella os presente como Eucaristía.

María es el Sacerdote de la Nueva Alianza, el que ofrece al Nuevo Cordero Inmolado, el que está al pie del Altar del Calvario, ofreciendo a su Hijo en rescate por todos.

Y, junto con su Hijo, ofrecía a su Iglesia, a los miembros de Su Iglesia que, unidos a su Cuerpo glorioso, serían inmolados en rescate por todos.

Es la inmolación que prepara la Segunda Venida.

Os ofrecéis en la Patena de María, como corderos inmolados para el Sacrificio, hechos inmaculados con la Inmaculada, pidiéndola que os purifique en las Entrañas de su Corazón.

No es que ya hayáis terminado de ser purificados con esta Consagración. Vais de camino a ello. Queréis serlo, y os habéis puesto en camino.

La purificación de vuestras almas ha comenzado; muchos os habéis puesto en camino. Algunas almas terminarán de ser purificadas antes que otras, no todas sois iguales. Unas han comenzado antes su purificación”.[4]

Jesús desde el Sagrario quiere que nosotros seamos sus manos, sus pies, su corazón para ser intercesores de nuestros hermanos. Debemos pedir y ofrecernos por ellos porque Él quiere salvarlos (salvarnos a todos), quiere frenar el Castigo sobre la humanidad.

El Castigo vendrá, pero Jesús dice:

“Quiero aminorarlo y retrasarlo, para que se hayan convertido al Padre cuantos más puedan. O al menos se obtenga de los hombres un número alto de intercesores para que puedan ofrecerse al Padre por ellos.

Completarse la Pasión de Cristo[5]  significa que al menos haya suficientes hombres que se inmolan con Cristo por toda la Humanidad. Que las víctimas alcancen su número para que Su Redención sea aceptada por la gente.

Su Sacrificio[6]  no (se) nos aplica si nosotros no queremos, pese a ser el Sacrificio de Dios. Tiene la potencialidad de salvar al mundo entero, pero no todos serán salvos ni se querrán acoger a la Gracia de Dios”. [7]

 

 6.- Almas Víctimas

Para salvar al mayor número de seres posibles Jesús ha venido a pedir “almas víctima”.

Lo pide a través de estos Mensajes y a través de tantos Mensajes que hoy se dan en la tierra.

Solicita un número suficiente de víctimas expiatorias por sus hermanos, unidas a la Víctima de la manera más perfecta posible, que es a través del Sacrificio Eucarístico.”

«¡Almas! ¡Almas!

¡Almas! Venid, acudid a mi llamada.

Necesito mucho sacrificio, mucho, mucho sacrificio.

Necesito inmolaciones de vida.

Necesito donaciones totales.» [8]

La Virgen secunda la petición:

 « ¡Ayudadme a cambiar las tornas! ¡Ayudadme a que los hombres respondan a Dios!

Ofrecedme todos vuestros sufrimientos, que Yo los presentaré en la patena de mi Corazón y los uniré al gran Sacrificio en rescate por todos, y así conseguiremos salvar a buena parte de la humanidad.

Además de a mis aguerridos guerreros, Yo necesito a mis Almas Víctimas.

¡Venid! ¡Venid conmigo a colmar el Sacrificio! Necesito llenar la copa con toda vuestra sangre para que sea asperjada sobre mi Pueblo. Para que el antes no-pueblo[9] se convierta en el ahora Pueblo-de-Dios. » [10]

Este término de “alma-víctima” nos puede resultar duro al principio, ya que asociamos el concepto de “almas víctimas” a casos muy especiales de personas que vivieron postradas en cama durante largos años con estigmas o graves enfermedades, como Ana Catalina Emerich, Luisa Picarreta, María Valtorta o Marthe Robin, pero Jesús aclara que este concepto de “víctima” es mucho más amplio.

 « Las almas-víctima no son las que van todo el día cabeza gacha y tristes y de mal humor, sin hablar con nadie, porque ellas sólo hablan con Dios, y como que son de otro mundo. No, eso no es.

Las almas-víctima quizá las encuentre entre las almas más dicharacheras y más felices de esta tierra. Quizá sean las siempre sonrientes, y quizá sean las más generosas y caritativas con sus hermanos.

Las almas víctimas no son las que se han ofrecido sólo para un sacrificio, sino las que se han ofrecido para una resurrección. Por eso son las siempre alegres.

Pueden estar en un convento de clausura, en un monasterio, o pueden ser padres de familia y profesionales. Pueden ser trabajadores o estar “en paro”. Pueden ser jóvenes y niños, mayores y de todo estrato social. Las almas-víctimas no entienden de raza ni color.

Incluso no entienden de religión, porque pueden ser de otras religiones, siempre que estén unidos a Mí y se ofrezcan a Mí en holocausto por sus hermanos. » [11]

Conviene recordar que todo cristiano está invitado a ofrecerse como víctima. No es una novedad. San Pablo escribía:

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual”.[12]

 

6.1.- El Ejército de Santa Teresita

Decía santa Teresita: “En el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo seré el Amor”.[13]  

Nos encontramos en un tiempo nuevo respecto a todos los tiempos que han acontecido a lo largo de la Historia, un tiempo en el que se pedirán las mayores heroicidades pero, como contrapunto, las almas de hoy son mucho más pobres y sin méritos que las de antaño.

Esos son los caminos de Dios, incomprensibles para la lógica humana.

Solo poniendo una confianza absoluta en Dios, a modo de santa Teresita, se podrán conseguir hazañas mayores incluso que las de los grandes santos del pasado.

Nos dice la Virgen:

 « Tenéis la vocación de Teresa. Como ella, Yo deseo, en un deseo de mi Corazón, que es grande como el Amor de Dios, que “en el corazón de la Iglesia, vuestra madre, vosotras seáis el amor”.

Éste es el deseo de Dios para con vosotras: que seáis MARÍAS para el mundo, Corazón de María que lleve al Corazón de Jesús.

Amar al Corazón de Jesús desde el Corazón Inmaculado de María, su Madre, su Esposa y su Todo.

Y qué mejor manera de amarle según Ella que ser Ella misma, para Él y para el mundo.»[14]

Las almas-victima de los Últimos Tiempos lo son del Amor Misericordioso, a modo de Santa Teresita.

 « Ella en el Cielo, da saltitos de alegría porque ve que se acerca la hora, y en ella estamos… la hora de las almas de sus Últimos Tiempos, de las que ella es Patrona.

Lo es porque este “Pequeño Camino”, grande en realidad, es por el que recorreréis hacia la santidad muchos de vosotros vuestros pasos. »[15]

 Santa Teresita de Lisieux:

 «El Señor me concedió ayudar a las almas que poblarían la tierra en los Días de la Gran Tribulación. Días en los que se iba a necesitar una confianza en la Providencia hasta el extremo, un abandono en las manos de Dios a fuerza de héroe. Una fe en su Amor y en su Perdón, que no la podéis adquirir por vuestros méritos, pues sois pobres, vuestros méritos no son nada. » [16]

Éste no es un camino triste.

Incluso en el sufrimiento es un camino en el que quien lo transite podrá decir como Santa Teresita:

He llegado a no poder sufrir, porque me es dulce todo sufrimiento”.[17] 

 « Ejército de almas víctimas: quiero que vosotras os distingáis por vuestra alegría.

Quiero que se conozca quiénes sois, porque sois las más alegres, las siempre dispuestas.

Quiero que se os distinga por vuestro amor a Mí, semejante al de María, mi Madre.

Quiero, al fin, poder descansar mi cabeza sobre vuestro pecho y que sea vuestro latido de amor el que me comunique a Mí fuerza para seguir luchando.

El camino que habéis tomado es el camino de la dicha, de la gloria, de la alegría. Que nadie vea tristeza y desánimo en vosotros, que no es un paso para aniquilar, sino para elevar a las almas a la perfección.

Y ahora os llamo a dejaros envolver por las oleadas de Ternura de mi Corazón,[18] para que desaparezcáis aniquiladas en Mí, y salgáis renovadas, hechas otros cristos para el mundo, otras madres para Cristo.» [19]

 

 6.2.- El pararrayos de la Justicia de Dios

El papel de las almas víctimas es primordial en los Planes de Dios. Las almas víctimas son el pararrayos que conseguirá parar la Justicia de Dios cuando se desaten los castigos sobre la tierra.

 « Por eso, por la falta de conversión y de penitencia de las gentes, algunos Castigos serán enviados a la Humanidad, aunque no todos. Algunos conseguiremos cambiarlos, cambiarlos e incluso aniquilarlos por el número creciente de almas víctimas que está viniendo a Mí.» [20]

Cuanto mayor sea el número de almas víctima, más se lograrán parar los castigos y un mayor número de personas se salvará.

« Cuando los Desastres se ciernan sobre la humanidad, y la humanidad entera, deseo que mi Ejército de almas víctimas estén ahí para ofrecerse por ella.

A mi Ejército de almas víctimas Yo las quiero consumir en mi Amor. » [21]

 « Mi mano, al ir a caer sobre vosotros, perdida humanidad, se encontrará delante una primera fila de almas víctimas que, con su Amor, aplacarán la justa Ira de Dios. Y los Castigos serán reducidos. Y podré conservar al menos un reducto de la humanidad, ya renovada. » [22]

 « Cuanta más gente acepte el Sacrificio de Cristo como propio y lo haga suyo, lo haga vida, pasando a ser otros cristos a los Ojos de Dios. Que si quiere, aplacará su Ira en ellos en vez de hacerla caer sobre sus hermanos. Y les alcanzarán la Gracia y la Plenitud, la Vida perdida. » [23]

Pero también es verdad que cuando los tiempos arrecian, muchos se echan atrás y hacen falta más víctimas para cubrir el cupo necesario y además reparar por las oblaciones fallidas.

 «Las víctimas tienen que ser las suficientes en número.

Hay muchas deserciones en esta Hora. Los llamados que dijeron sí y estaban unidos a Mí en el Sacrificio han abandonado la patena en el momento de ser ofrecidos al Padre. Por eso necesito también más reparaciones. Y que los que continuéis lo hagáis verdaderamente, en espíritu y en verdad. Que en el momento difícil no apostatéis. Pedidme a Mí y permaneced Conmigo para ser fuertes » [24]

 

6.3.- La Consecución del Reino Eucarístico

Las Almas Víctimas consiguen el Reino de Cristo:

«Las víctimas que ahora os ofrecéis, en los días aciagos, las que sois quemadas en el holocausto, son las que conseguís el Reino futuro eucarístico para las gentes, para los pueblos, vuestros hermanos, las víctimas que completáis la Pasión de Cristo en vosotros, en favor de mi Descendencia, la Iglesia. Hay un número de ellas. Y deviene ya, en poco, a ser completado. » [25]

Serán especialmente protegidas durante la Gran tribulación, pero sin olvidar que se ofrecen en Sacrificio por sus hermanos, porque ese es el camino de Cristo, asemejándose a Él:

« Os voy a librar de todos los males; vais a estar muy protegidos, pero sin olvidar que las almas víctimas se ofrecen como víctima en un martirio por sus hermanos, y estáis ofrecidas por esto: para que venga el Reino Nuevo. » [26]

« ¿Existe otro Camino mejor? ¡Oh no! Yo os digo que no existe otro mejor.

Habéis sido llamados para asemejaros más y más a la Víctima. ¿Qué Camino, decidme, qué Camino puede ser mejor que llegar a ser en la tierra otros cristos?

Yo os digo que ninguno, ninguno es mejor que llegar al Padre por medio de la semejanza victimante con su Hijo a través del Espíritu Santo. » [27]

[1] Cfr. Col 1,24.

[2] Mensaje de Jesús del 28 de agosto de 2016 (Tomo IV).

[3] Mensaje de Jesús del 29 de agosto del 2016 (Tomo IV).

[4] Mensaje de Jesús del 6 de diciembre de 2014 (Tomo III).

[5] Cfr. Col 1,24.

[6] El Sacrificio de Jesús.

[7] Mensaje de Jesús del 2 de enero de 2020 (no publicado)

[8] Mensaje de Jesús del 26 de septiembre de 2009 (Tomo II).

[9] “No-pueblo”, “Mi-Pueblo” son expresiones típicamente bíblicas. I P 2,10: “οὐ λαός “; Os 1,9: לֹ֣א עַמִּ֔י.

[10] Mensaje de la Virgen del 8 de julio de 2009 (Tomo II).

[11] Mensaje de Jesús del 22 de septiembre de 2015 (Tomo III).

[12] Cfr. Rm 12,1.

[13] Cfr. Sta. Teresa del Niño Jesús, Manuscrito autobiográfico B, 3vº.

[14] Mensaje de la Virgen el 05 de diciembre de 2002 (Tomo I).

[15] Mensaje de Jesús el 23 de septiembre de 2010 (Tomo II).

[16] Mensaje de Santa Teresa de Lisieux del 07 de julio de 2010 (Tomo II).

[17] Cuaderno amarillo, 29,5.

[18] Cfr. Santa Teresita: Historia de un alma tr. Monjas Benedictinas de Santa Escolástica (Argentina) 2ª edición. Buenos Aires, Argentina 1994, Editorial San Pablo pp.293-294.

[19] Mensaje de Jesús del 09 de diciembre de 2002 (Tomo I).

[20] Mensaje de Jesús del 29 de agosto de 2016 (Tomo IV).

[21] Mensaje de Jesús del 05 de noviembre de 2009 (Tomo II).

[22] Mensaje de Jesús del 01 de abril de 2012 (Tomo II).

[23] Mensaje de la Virgen del 15 de agosto de 2002 (Tomo I).

[24] Mensaje de Jesús del 28 de febrero de 2015 (Tomo III).

[25] Mensaje de Jesús del 06 de diciembre de 2014 (Tomo III).

[26] Mensaje de Jesús del 26 de agosto de2015 (Tomo III).

[27] Mensaje de la Virgen del 15 de agosto de 2002 (Tomo I).

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