Quinta Instrucción: miércoles y viernes días penitenciales.

Una vez realizados los 40 días de ayuno, la Virgen nos instruye para continuar con una vida austera y de penitencia, especialmente los miércoles y viernes, como días penitenciales.

En La Didaché o Enseñanza de los Doce Apóstoles,[1] que es básicamente un conjunto de instrucciones paso a paso para la vida cristiana, se recoge la organización y disposiciones de los primeros cristianos, se habla del ayuno los miércoles y viernes:

Vuestros ayunos no sean con los hipócritas. Vosotros ayunad el cuarto día y el viernes.”[2]

La Virgen en su mensaje nos explica cómo podemos realizar este ayuno:

“Seguid con una vida austera y de penitencia en el comer, y haced ayuno los miércoles y los viernes.

Dejo libertad a como cada uno quiera realizar ese ayuno: pan y agua, frutas y verdura, una sola comida moderada…

El caso es que esos días sean días de penitencia.

Si en estos días ponéis menos atención en el comer, tendréis más tiempo para la oración.

Así os iréis acostumbrando a prescindir de muchísimas cosas que habéis creído necesarias.” [3]

Pero el ayuno de comida, es solo un tipo de sacrificio que podemos hacer, la Virgen nos propone una vida más mortificada tanto en lo corporal como en lo espiritual y nos da algunas pistas sobre penitencias que podemos hacer:

“Acompañad el ayuno con alguna penitencia corporal: cilicio, dormir en el suelo, no sentarse cómodamente, ducha fría, etc.

Y espiritual: hacer silencio o hablar poco, días de Retiro y más oración, días de perdón y caridad con el hermano, de reconciliación, días para el Sacramento de la Confesión, días de rezar más Rosarios por la conversión de España.

Pensad que miércoles y viernes son días de penitencia. Y organizad vuestra vida así.” [4]

Todos estamos llamados a la santidad, pero en nuestro tiempo, lo que vemos es tibieza, pecado y mundanidad.

La razón es obvia, los cristianos hemos olvidado las dos armas principales para el combate.

Jesús es muy claro al describir la vida de muchos de los que nos consideramos católicos:

“Sin ayuno y sacrificio no se salvan almas, y no se adelanta en la perfección. Pensad si de entre vosotros hay alguien estancado, mirad su vida, y veréis cómo adolece de penitencia y sacrificio.” [5]

 “Por eso, en mi Iglesia, en mis fieles, han entrado los demonios y han hecho posesión de ellos.

Tanta vida llena de pecado, inmersa en el vicio, del que no quieren salir, y tanto demonio haciendo en ellos estragos, encadenados a sus vicios, faltos de oración y ayuno, y presas fáciles en las garras de Satanás.” [6]

 En su mensaje del 8 de enero del 2002, la Virgen era muy dura con las características hedonistas y consumistas de la sociedad actual, donde se evita a toda costa cualquier incomodidad y se da rienda suelta a todo lo que el cuerpo pide, una sociedad donde reina el demonio, el mundo y la carne:

Apenas quedan lugares en el mundo donde se practique el ayuno y la penitencia, apenas hay, y éstos no son suficientes para contrarrestar todo el odio y el pecado del mundo. Mundo regalado, lisonjero, comodón, ávido de placer, del tener y poseer, adusto a la penitencia, extraño al sacrificio, penado por el dolor, pero extraño a él, no queriendo entrar en comunión con él.

No os extrañéis de que a vuestro paso no se convierta la gente, no llaméis la atención de los jóvenes: vuestras vidas adolecen de sufrimiento y penitencia, el ayuno ha entrado en vuestro olvido. No digo como los paganos, pero sí con muy poca diferencia de ellos: coméis, bebéis, gastáis, derrocháis y malgastáis, poseéis y codiciáis, regaláis a vuestro cuerpo y a vuestros sentidos y os tenéis mucha compasión y os evitáis toda clase de males, incomodidades y penitencia

¿No os dais cuenta de que vuestra vida, pendiente de cada grano del cuerpo, os quita fuerzas para el bien y para hacer el bien?

Por eso hoy os digo: sacrificio, ayuno y penitencia.

Éstas son las tres cosas que tenéis que buscar si deseáis salvar y mover las almas para Cristo… ¡o a lo mejor no lo deseáis! Pensadlo.[7]

[1] Es un escrito de la segunda mitad del siglo I, poco después de la muerte de Cristo, que nos habla de la primitiva comunidad cristiana.

[2] B.- Avisos litúrgicos VIII.

[3] Mensaje de la Virgen del 2-8-2020

[4] Mensaje de la Virgen del 2-8-2020

[5] Mensaje de Jesús del 7-12-2010. Triunfo de la Inmaculada. Tomo II

[6] Mensaje de Jesús del 7-12-2010. Triunfo de la Inmaculada. Tomo II

[7] Mensaje de la Virgen del 8-1-2002. Triunfo de la Inmaculada. Tomo II

Deja un comentario

X